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IDILIO DE RESISTENCIA


“Idilio de resistencia” forma parte de un conjunto de obras compuestas por instalaciones y objetos escultóricos realizados con objetos semi-cubiertos por tierra y vegetación. Son escenas cotidianas conformadas por menaje familiar sobre el que crecen plantas mediante un dispositivo de cultivo led. La naturaleza en su potencia se nos resiste: los árboles que crecen en las esquinas de los techos de las casas, las plantas entre las rendijas de las baldosas, el moho de las paredes, el césped en los baches de las calles, nos presentan verdaderas prácticas de resistencia.

En lo adverso, lo imposible, lo inútil, la potencia de cambio y de acción sobre el entorno empodera a la naturaleza sobre el medio humano. Estas plantas en su avance corroen, destrozan, sintetizan lo que absorben. Esta obra conforma un espacio en un tiempo otro, en el que la resiliencia ecológica, se hace presente en la capacidad de absorber las perturbaciones del pasado sin alterar características biológicas. La potencia modificadora, reincidente en el crecimiento del paisaje natural sobre el urbano, la persistencia del deseo y el ánimo de avanzar del paisaje son inspiradores en el acto mismo de resistir.

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Las siguientes obras son:

S/T – De la serie “Idilio de Resistencia” –  Objetos escultóricos

Menaje Familiar parcialmente cubierto por vegetación sobre acrílico transparente abullonado a una planchuela de hierro cromado

Año 2020

Las siguientes obras son:

S/T – De la serie “Idilio de Resistencia” – Objetos escultóricos

Objetos de menaje parcialmente cubierto por vegetación sobre acrílico transparente y cubiertos por cristal soplado.

Estructura metálica cromada e instalación eléctrica con luz led – 60 cm x 60 cm x 180 cm

Año 2018-20

Analogías bucólicas

El entramado del mundo en un marco idílico de resistencia

 

“La ficción sutura nuestros cuerpos y experiencias”.  Duen Sacchi

 Si no fuera porque la “naturaleza” no existe, el punto de vista naturalista que determinó nuestra concepción occidental de la tierra no hubiera cuajado en la proliferación sumisa de ciertos relatos. 

Ahora bien, ¿qué sucedió para que éste fuera el momento donde imaginar instancias de desnaturalización de esa idea tan inverosímil de naturaleza? ¿Qué inscripciones políticas tiene hoy este devenir impulsado evidentemente por los abordajes del cuerpo como espacio vinculante, como territorio de lucha y de imaginación?

Una figura paradójica posible para pensar el trabajo reciente de María Laura Martínez Spaggiari es la de la avanzada, concebida por fuera de las oscilaciones limitadas al círculo de la domesticación-docilidad. La artista se ampara en la proyección de unas analogías idílicas, haciendo virar su deseo hacia la necesidad primaria de volver a investigar el crecimiento de los procesos aleatorios, de lo que nunca llegaremos a conocer pero sí podemos intuir.

Hay dos historias que atraviesan la dimensión narrativa subyacente en las piezas que componen esta exposición. Las traccionan y las determinan. Por un lado, la de una abuela, que a lo largo de toda su vida se dedicó a la taxidermia de animales en un marco institucional, trabajando en la formación de la colección del Museo Provincial de Ciencias Naturales «Florentino Ameghino» de la ciudad de Santa Fe, donde su marido —abuelo de María Laura— ofició como director. Por otro, la de la filiación paterna a partir de divisar el registro singularizado de un saber. El padre de la artista investigó científicamente plantas, peces y animales del Litoral, enseñándole a contemplar, a ver y a nombrar.

Estas historias no son menores cuando vemos una serie de bordados y un conjunto de objetos de cámara en una misma escena. De alguna manera, han quedado impresas en esos entramados, idílicamente y también quiméricamente. Es que la herencia también es una ficción que se teje desde la semejanza, pero no en el sentido de verosimilitud sino de analogía y de emulación, de platonismo y de reinvención crítica.

En este sentido es que estas prácticas artísticas se inscriben en los universos posibles que articula la resistencia como un estado biopolítico de dimensión paradójica. Instalativamente, estos trabajos se despliegan en la re-imaginación de la memoria y, a través de ésta, en la creación de metáforas que resignifican lo adverso operando en un sentido reparador. 

El relato biográfico es antes que una narrativa que potencia la autorreferencialidad, un espacio anfibio para fomentar otro modo de pensar a la naturaleza. ¿Acaso puede devenir ésta en una fantasía programática? ¿Cómo impactan sus cualidades bucólicas en las visiones post-antropocentristas del mundo? ¿Cómo interpretar sus impulsos de avanzada sobre una serie de objetos que forman parte del menaje familiar? 

Existe en estas piezas una voluntad escénica y artificiosa para el ejercicio de lo que la artista llama “resiliencia ecológica”. Y en este afán, un modo revisionista y animista de transferirle a la naturaleza esos modus operandi de aquellas ficciones que históricamente han nacido del exceso.

Nancy Rojas

 1Duen Sacchi, Ficciones patógenas, Buenos Aires, Rara Avis, 2019, p. 22.

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